La madera ha sido uno de los materiales más utilizados por el ser humano para construir edificios desde los comienzos de la historia. Aunque el uso de acero, hormigón o hierro haya aportado significativos avances a la construcción, la madera nunca ha perdido su popularidad. De hecho, la cantidad de viviendas de madera alrededor del mundo puede sorprender a muchos lectores. ¿Sabías que países como Japón, Escocia o Estados Unidos son líderes en la construcción en madera? En efecto, la proporción de construcción de viviendas nuevas, tanto total como parcialmente, puede superar el 60% en Japón, el 70%, en Escocia, y el 85% en Estados Unidos.
A pesar de esta popularidad, en los países de nuestra región es común asociar la construcción de vivienda en madera con proyectos de baja calidad, escaso presupuesto o pequeño tamaño. Este estereotipo no es correcto. En las últimas décadas la industria de la madera ha evolucionado gracias al desarrollo de nuevas tecnologías que permitirían la generalización del uso de este material en la construcción. Por ejemplo, entre los años 2008 y 2020 se construyeron alrededor del mundo más de 50 edificios de madera con alturas entre 7 y 24 pisos. ¡Eso supone más de 70 metros de altura!
Hoy iniciamos una serie de dos entradas de blog en los que se exponen algunos de los factores que han posicionado a la madera como el material constructivo óptimo del siglo XXI. Su uso aportará, sin duda, muchos beneficios para el desarrollo de la región.
¿Por qué la madera podría ser el material estrella para la construcción de viviendas en el siglo XXI?
En pocas palabras, por productividad e impacto en el medio ambiente.
Según datos de Naciones Unidas (ONU), se espera que la población mundial crezca un 25% en los próximos 30 años, por lo que pasará de 7.700 millones de personas en 2020 a 9.700 millones en 2050. Esto se traduce en un incremento de la demanda de recursos, especialmente de vivienda. En este sentido, el Banco Mundial estima que, para 2030, el déficit habitacional llegará a los 240 millones de unidades de vivienda. La forma en la que los países afronten este déficit será fundamental para garantizar el desarrollo sostenible mundial.
A la hora de hacer frente a esta gran demanda de construcciones de vivienda, el sector debe ser responsable con la preservación del medioambiente. Y es que el sector de la construcción tiene un doble impacto sobre el entorno:
El sector es responsable de un tercio de la generación de residuos mundiales, bien sean producidos por construcción, o por demolición
La construcción de vivienda representa un 36% del uso de energía final en el mundo y el 39% del CO2EQ a nivel global.
Según un estudio de 2022, existen seis sectores que podrían reducir al menos a la mitad las emisiones mundiales para 2030, uno de los cuales es el de la construcción. La fabricación de viviendas con materiales de baja huella de carbono es parte de la solución a este problema y la madera podría ser una de las opciones empleadas.
Beneficios medioambientales de la construcción en madera
La construcción en madera presenta múltiples beneficios en términos medioambientales. Entre ellos, destacan estos:
Es el único material de construcción renovable y reciclable. Si el bosque se gestiona de manera sustentable, los árboles pueden ser un recurso renovable. Además, la madera requiere también menor cantidad de energía para ser procesada
Tiene capacidad de absorber carbono. La madera acumula grandes cantidades de CO2 y su industrialización genera emisiones de gases de efecto invernadero menor que otros materiales. Por ejemplo, producir una tonelada de madera genera 33 kilos de emisiones netas, frente a los 264 kilos del cemento y los 694 kilos del acero
Produce menos desechos. El uso de la madera genera menos desechos y acelera los plazos de construcción.
Nota publicada por el BID – Cidades sostenibles. FUENTE en este link